Esta tercera dinámica de nuestro Taller de Emociones nos ha ocupado dos sesiones de tutoría.
El elemento sobre el cuál ha girado (¡y nunca mejor dicho!) ha sido el CIRCULO, y lo hemos elegido porque es un objeto cargado de simbología que ha acompañado al ser humano desde que este apareció sobre la faz de la Tierra. Filósofos, cabalistas, y místicos de cualquier cultura han sentido la fuerza e inspiración que el círculo genera. El círculo representa entre otras cosas la perfección, la homogeneidad, la ausencia de distinción y de división, la unidad. Representa la iluminación, el infinito, así como la vida misma. La propia Tierra, es representada con forma circular.
Castro de Viladonga (Lugo) Cultura Castrense. |
Otra imagen del Castro. |
Ya hemos hablado de los mandalas en otra entrada del blog, pero hoy vamos a utilizarlos para la práctica.
Los mandalas son útiles para la concentración, la meditación profunda y para expandir la capacidad de la memoria, así que decidí utilizarlos en una dinámica combinándolos con técnicas de Musicoterapia, utilizando la música como vehículo de conexión entre el mundo exterior (la clase) y el interior (individuo). Como todos sabemos, la música es también un símbolo universal.
Comenzamos la sesión de la forma habitual: informando a los alumnos de lo que íbamos a hacer.
Como toda sesión de musicoterapia, se estructuró en cuatro etapas:
a) Actividades de motricidad (calentamiento).
b) Relajación física y mental en la que los alumnos destensan sus músculos y comienzan a apaciguar su mente. Motivación para la siguiente etapa.
c) Desarrollo de actividades de manipulación y creación (colorear mandalas).
d) Explicación de los contenidos teóricos o el porqué de la práctica.
Basándonos en el "Principio de Iso", que afirma que para contactar con el interior de una persona hemos de usar música similar al estado de humor de esa persona y que hemos de establecer una relación de "igualdad", comenzamos la etapa de calentamiento bailando en Rondas cogidos de la mano (como hacíamos el "Corro de la patata" cuando éramos niños), al son de música típica de Danzas Circulares. De esta forma ya empezamos a introducir el círculo en la sesión. Durante unos 10 minutos estuvimos bailando juntos, a la velocidad, a veces considerable, que nos marcaba la música.
Una vez finalizada esta etapa, hicimos ejercicios para relajar los músculos, y posteriormente, ya sentados en las mesas (de nuevo en círculo), tomamos el mandala que más nos llamó la atención en ese momento y, compartiendo lápices de colores, procedimos a colorear.
Obviamente, la música seguía estando de fondo, provocando su acción terapéutica. La secuencia de músicas utilizadas, como se recomienda fue la siguiente:
Melodía- Ritmo- Armonía.
Cada uno de los anteriores tipos musicales nos ayuda a conectar con los distintos niveles del cerebro (Ritmo: cerebro vital, Melodía: cerebro Emocional, y Armonía: cerebro racional). Distintas obras inducen distintos estados emocionales, con lo cual hay que elegirlas cuidadosamente. En este caso las obras fueron: distintas danzas circulares al inicio, Bendición Celta, Om Namo Amitabhaya y se finalizó con el Canon de Pachelber.
Para la difusión musical se utilizó la pizarra digital y You Tube.
Este es el resultado final. Así de bonitos quedaron nuestros mandalas:
Y nos ha gustado tanto su colorido que hemos decidido alegrar el mueble de clase con ellos: