En la entrada de hoy vamos a hablar sobre la relajación en el aula, una práctica que me ha sorprendido tanto por sus óptimos e inmediatos resultados como por la agradable aceptación que ha tenido por parte de los alumnos, demandándola ellos mismos cuando se ven necesitados de algo de calma.
El objetivo de las dinámicas de relajación es reducir los niveles
de stress. Su práctica regular ayuda a apaciguar las tensiones internas,
reencauzando ese “exceso de energía” vital adolescente" hacia la
consecución objetivos positivos.
Aunque al principio pueda darnos un poco de pereza aprender estas técnicas e incluso puede que pensemos que son una pérdida de tiempo, puedo asegurar que no es así: en un par de sesiones los chicos las tienen ya dominadas, y después, su práctica no lleva más de unos 5 ó 6 minutos de la clase (bastante menos del tiempo que normalmente empleamos en controlar el orden de la clase, en interrumpir una y otra vez para llamar la atención a algun@ o pedir silencio...).
Se pretende que nuestros alumnos adquieran una serie de destrezas
básicas (atención, percepción, observación, concentración, memoria, imaginación...). Esto derivaría en un mayor rendimiento escolar, a la vez que se potencian las actitudes y valores positivos y se desarrolla una mayor estabilidad emocional para todos los implicados, favoreciéndose así una mejora en la conducta y una prevención de conductas antisociales.
Entre las diferentes técnicas de relajación que existen escogeremos aquella
que que adapte mejor a la edad de nuestros alumnos. Para la sesión que aparece
en el vídeo que mostramos a continuación se ha elegido una en la que nuestros
objetivos principales son controlar la respiración y la tensión muscular
(Relajación muscular progresiva de Jacobson). Uno de los motivos por los que se
ha escogido es que su aplicación no supone alterar demasiado la dinámica del
aula, pues los ejercicios se realizan con los alumnos sentados en su silla (posición del
cochero” (J.H.Schultz,
Entrenamiento autógeno).
El profesor que esté dirigiendo la
sesión debe inducir ambiente tranquilo en el aula, hablándoles a los alumnos de
forma que esto se calmen poco a poco, minimizando los ruidos. Es importante que
la temperatura sea la adecuada, que la luz sea tenue (si es necesario, cerrar
las persianas), y que el aspecto del aula sea lo más limpio, ventilado y
ordenado posible.
Aquí dejo el
vídeo de una de las sesiones llevadas a cabo con los alumnos de 2º B:
Animaos a ponedla en práctica, porque realmente funciona.
Si
necesitais ayuda con respecto a cómo hacerlo, preguntadnos a Toni o a mi y os
orientaremos gustosamente.
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